Despertas como cualquier otro día, te sentís mas débil, sin ganas de comer, sentís los ojos hinchados y rojos, te sentís pálido y perdido, tus pies no los sentís en el piso.
Seguís tu día normalmente y te das cuenta que mientras mas pasa el tiempo mas sentís que te desmayas y te nublas, tu temperatura aumenta de a poco, te duele un poco la cabeza y la sentís hinchada también, pero seguís igual, y no pensas volver hasta tarde a tu casa.
Y cuando llegas, sabes que no aguantas mas, que queres dormir y tampoco comer esa noche, pero sabes que si no lo haces las nauseas van a aumentar y vas a vomitar lo que no comiste, y destruirte poco a poco, pero al final, conseguís comer, y caer dormido en tu cama, dándote cuenta al otro día que ya estabas bien, y que terminaste riéndote en tu cama de como paso todo, aunque no te diera gracia.
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