martes, 17 de enero de 2012

Inyecta El Caos

Pude ver en ese momento unas cuantas lagrimas que caían al piso, eran de Will, estaba raro, deprimente y había entrado en shock. Por suerte reacciono cuando se dio cuenta que nos estaban apuntando con un arma, no se como hizo, pero le rompió la nariz sin que este pudiera mover el dedo y disparar, en ese momento, solo corrimos. Mientras corríamos, vimos dos o tres cadáveres, el de una niña de seis años, el de un adolescente y el de un perro, los primeros dos estaban destrozados, al tercero lo piso un auto en medio de todo el caos. 
Nos pudimos meter en un bar bastante vació, adentro parecían todos cuerdos, así que no nos preocupamos. Estaban todos viendo el televisor, muy concentrados, se podía ver como todos corrían, algunos mataban, y otros solo estaban quietos, mirando a la nada, después pasaron imágenes de un laboratorio, estaban los científicos vestidos con trajes impermeables y blancos, con una especie de cascos también impermeables, tenían a personas atadas a sillas, les inyectaban algo, no se que era, no lo decían, pero eso después de un rato los volvía locos, se ponían agresivos, y por lo que parece, transmitían lo mismo que les inyectaban mediante mordidas, el contacto de sangre o de la saliva, después de unos días de ser inyectado o contagiado, dejabas de ser quien eras, y perdías cualquier conocimiento alguno, algo así como con actitudes de zombie, pero estando vivo y como si volviéramos a una época primitiva, con los lenguajes salvajes de antes. 
Will y yo, estábamos sorprendidos al ver eso, empezamos a desconfiar de el bar y lentamente nos fuimos. Al salir, todo era peor que como lo mostraban, aunque estaban mas errantes, pero seguían siendo agresivos.
Después de 10 minutos fuera, nos acordamos que seguíamos perdidos, teníamos que volver y parecía mentira, pero en ese momento levante la cabeza y vi el nombre de la calle, el solo pronunciar No Rain me dio felicidad, corrimos por ella, hasta Razor, estábamos llegando a nuestra calle, nuestras casas, pero vimos como muchas personas destruían todo, al llegar a nuestra calle, todos junto con cinco casas, habían desaparecido, como si nunca hubiera existido, una de esas cinco casas, era la de Will, así que se quedo conmigo, ahora tenemos que ver que hacer, y si no siguen los saqueos por acá, podre seguir esta historia.

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