Transcurrió una semana más antes de que llegaran al fin del comienzo; para el
pistolero, un retorcido prólogo de doce años, desde el hundimiento definitivo de su
mundo natal y la reunión de los otros tres. Para Jake, la puerta había sido una
extraña muerte en un mundo distinto. Con todo, para el pistolero había representado
una muerte aún más extraña: la interminable persecución del hombre de negro a
través de un mundo sin mapa ni memoria. Cuthbert y los demás habían desaparecido,
todos: Randolph, Jamie de Curry, Aileen, Susan, Marten (sí, lo derribaron, y hubo
disparos, e incluso aquella fruta resultó amarga). Hasta que, finalmente, del viejo
mundo sólo quedaron tres, como tres pavorosas cartas de una terrible baraja de tarot:
el pistolero, el hombre de negro y la Torre Oscura.
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